La pododermatitis plasmocitaria felina es una condición dermatológica poco común que afecta las almohadillas de los gatos. Esta enfermedad provoca una inflamación en las almohadillas que puede progresar hasta la ulceración, causando dolor. A continuación, exploraremos más sobre esta enfermedad, su diagnóstico y tratamiento.
¿Qué es la pododermatitis plasmocitaria felina?
La pododermatitis plasmocitaria es una enfermedad inflamatoria específica de las almohadillas de los gatos. Se manifiesta con almohadillas que se vuelven blandas, esponjosas y presentan estrías hiperqueratósicas entrelazadas.Las estrías de este tipo presentan una acumulación excesiva de queratina, dando a las almohadillas una apariencia elevada y rugosa, con patrones entrelazados que las hacen aún más notorias.
La condición puede afectar una o varias almohadillas, y usualmente no está asociada con predisposiciones por sexo, raza o edad, aunque algunos estudios sugieren una mayor incidencia en gatos machos castrados.
Es común que el cuidador note el problema solo cuando el gato comienza a cojear, momento en el cual la enfermedad ya puede llevar semanas de desarrollo.
¿Cómo se presenta la pododermatitis plasmocitaria?
Inicialmente, la pododermatitis plasmocitaria puede ser indolora, pero con el tiempo y la cronicidad, las almohadillas pueden ulcerarse, causando dolor y cojera en el gato afectado. En casos avanzados, pueden desarrollarse grandes masas de tejido de granulación en las áreas ulceradas. Es común que el cuidador note el problema solo cuando el gato comienza a cojear, momento en el cual la enfermedad ya puede llevar semanas de desarrollo. Por esta razón, recalcamos la importancia de las revisiones veterinarias periódicas.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la pododermatitis plasmocitaria se basa en la anamnesis, el examen clínico y citológico. Aunque una toma de muestra con técnicas no invasivas puedan determinar la presencia de células plasmáticas para establecer un diagnóstico definitivo será fundamental un examen histopatológico. Este consiste en analizar una muestra obtenida por biopsia del tejido afectado, en busca de alteraciones estructurales y anormalidades proteicas o genéticas. El resultado permite diferenciarla de otras condiciones que causan signos similares como el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), pioderma o micosis, entre otras.
En casos leves o tempranos sin ulceración ni dolor significativo, la condición puede resolverse espontáneamente sin necesidad de intervención. Generalmente se recomienda la terapia inmunomoduladora como tratamiento inicial. Si no se obtienen resultados, puede considerarse la alternativa de realizar una escisión quirúrgica completa de las almohadillas, especialmente en casos severos.
Además del tratamiento principal, puede ser necesario administrar antibióticos en caso de úlceras infectadas para prevenir complicaciones secundarias.
Pronóstico y Recuperación
En general, el pronóstico para los gatos con pododermatitis plasmocitaria suele ser favorable, especialmente si no hay enfermedades concurrentes complicando el cuadro. Las lesiones tienden a responder bien al tratamiento y raramente recurren una vez resueltas.Sin embargo, la mejora suele ser lenta y puede tardar hasta ocho semanas desde el inicio del tratamiento en presentar evidencias de mejora.
¿Quieres leer un caso clínico detallado sobre la pododermatitis plasmocitaria felina? Consulta el artículo publicado en la revista Imvertirai, número 16, donde se describe el diagnóstico y tratamiento de un gato macho de raza común europeo que presentaba esta condición y fue tratado por Antía Pérez directora veterinaria de Mimomigato.
Esperamos que esta información te haya sido útil para comprender mejor la pododermatitis plasmocitaria felina y cómo abordarla si tu gato presenta síntomas similares.