Convivencia entre gatos y bebés

Convivencia entre gatos y bebés

Cuando una familia espera la llegada de un bebé es común que quienes viven con gatos nos pregunten cómo será la convivencia entre su gato y el recién nacido. La relación entre gatos y bebés puede ser encantadora y beneficiosa, siempre y cuando se tomen las precauciones adecuadas para asegurar la seguridad y el bienestar de ambos. A continuación, exploramos algunos consejos para ayudar a los padres y a los futuros padres a gestionar la convivencia entre gatos y bebés.

Preparar al gato antes de la llegada del bebé

La llegada de un bebé es un gran cambio para todos los miembros de la familia, incluido el gato. Un gato que vive tranquilo y seguro en su entorno puede sentir curiosidad o incomodidad ante la presencia de un recién nacido. Por ello, es importante que preparemos a nuestro gato ante la llegada del nuevo integrante de la familia. ¿Qué podemos hacer?, estos son nuestros consejos cómo veterinarios expertos en comportamiento felino:

  1. Crear un espacio seguro para el gato: Podemos crear una zona de la casa donde el gato pueda retirarse cuando necesite un momento de tranquilidad. Nos aseguraremos de que este espacio esté alejado de la habitación del bebé y que sea un lugar donde el gato se sienta cómodo y seguro.
  1. Familiarizar al gato con los sonidos y olores del bebé: Podemos introducir gradualmente los sonidos habituales de un bebé o incluso traer artículos del hospital con el olor del recién nacido para que el gato se vaya acostumbrando.
  1. Mantener, en la medida de lo posible, la rutina del gato: Los gatos son animales de hábitos, y un cambio drástico en su rutina puede generar estrés. Intentaremos mantener sus horarios de comida, juego y descanso.

Los primeros encuentros son cruciales para establecer una buena relación entre el gato y el bebé.

Primeros encuentros entre gatos y bebés

Cuando llega el bebé los primeros encuentros son cruciales para establecer una buena relación entre ellos. Es normal que el gato se muestre curioso, y quizás algo cauteloso. 

  1. Presentaciones supervisadas: No es conveniente dejar que el gato y el bebé interactúen sin supervisión, especialmente durante las primeras semanas. 
  1. Recompensar el buen comportamiento: Si nuestro gato actúa de manera tranquila y curiosa podemos premiarlo con golosinas o gestos de afecto. Esto le ayudará a asociar al bebé con experiencias positivas.

¿Es peligroso que el gato duerma con el bebé?

Uno de los mayores temores es que el gato duerma con el bebé. Es un momento que nos puede parecer tierno, pero que debemos evitar por seguridad si no estamos presentes. Un gato puede, sin querer, estorbar la respiración del bebé al acostarse cerca de su rostro o sobre su cuerpo. Para prevenir esto podemos:

– Colocar una mosquitera o barrera en la cuna del bebé.

– Asegurarnos de que el gato tenga otros lugares acogedores para dormir y que no asocie la cuna del bebé con un lugar de descanso.

¿Qué hacer si el gato bufa al bebé?

Si nuestro gato bufa al bebé puede ser una señal de que se siente amenazado o incómodo. No es una reacción inusual cuando el gato no está acostumbrado a la presencia de un bebé. En estos casos:

 

– No forzaremos la interacción entre el gato y el bebé.

– Le daremos tiempo al gato para que se acostumbre a la nueva dinámica.

– Proporcionaremos refuerzos positivos, como premios o caricias, cuando el gato se muestre tranquilo cerca del bebé.

Bebé y gato

Mitos sobre gatos y recién nacidos

Es común escuchar historias que hablan de gatos y bebés y los peligros por los que no deben convivir. Sin embargo, con la correcta supervisión y un enfoque proactivo, los gatos son grandes compañeros para los bebés a medida que crecen. 

Gatos y alergias: Algunos estudios sugieren que la exposición temprana a gatos puede reducir las probabilidades de desarrollar alergias. En cualquier caso, es importante estar atentos a cualquier signo de reacción alérgica en el bebé en los primeros contactos. 

Toxoplasmosis: Uno de los mayores miedos relacionados con los gatos y los bebés es la toxoplasmosis. Si bien los gatos pueden ser portadores del parásito, no debemos tener miedo a la transmisión si el gato es de interior, no hay alimentos crudos en su dieta y se mantienen limpias las bandejas de arena.

Beneficios de la convivencia entre bebés y gatos

La relación entre un bebé y un gato en casa puede ser muy enriquecedora. A medida que el bebé crece aprenderá a respetar y cuidar a los animales, desarrollando empatía y responsabilidad. Además, los gatos pueden proporcionar compañía y consuelo, tanto para los padres como para el niño.

En resumen, la convivencia entre gatos y bebés es perfectamente posible, siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias para asegurar que ambos estén seguros y felices. Con paciencia y supervisión, gato y bebé pueden llegar a desarrollar un vínculo especial y duradero. ¡Disfruta de esta etapa tan especial en la vida de tu familia!